Sobre el 1º grupo del nuevo ciclo
Estamos en un mínimo de actividad. Es éste un curioso momento del ciclo en el que se hacen y deshacen pronósticos, el poro más diminuto se convierte en todo un grupo, y surgen extrañas controversias sobre si un grupo pertenece a un ciclo o no. El motivo de este pequeño artículo es intentar aclarar algunos conceptos sobre este último aspecto.
Para que un grupo pueda considerarse como perteneciente a un nuevo ciclo, debe cumplir tres condiciones:
- El grupo debe tener manchas (condición no tan trivial como parece). La confusión sobre este punto surge de la numeración asignada por la NOAA, que se refiere a regiones activas, no a grupos (una región activa puede tener manchas o no). Además, un pequeño poro observado durante un máximo puede que no lo consideremos como un grupo, pero en el contexto de baja actividad de un mínimo, adquiere más relevancia y la probabilidad de contarlo como grupo es mayor. Es muy difícil establecer un criterio válido, pero un diminuto poro, aunque haya sido numerado, no necesariamente puede ser considerado como grupo.
- El grupo debe tener la polaridad
invertida. Según la ley de Hale, los grupos de un ciclo deben tener una polaridad inversa a los del ciclo anterior. Esta es la principal fuente de confusión, porque una polaridad inversa no garantiza la pertenencia a un ciclo u otro. Incluso durante un máximo de actividad se pueden observar grupos de polaridad contraria al resto, y un buen ejemplo de ello es que un alto porcentaje de los grupos delta presentan esa característica. Por otra parte, en un mínimo, los grupos aparecen cerca del ecuador y no es extraño que puedan aparecer solapamientos, es decir, que grupos con polaridades del hemisferio norte surjan con latitud negativa, y viceversa. Además, durante las primeras fases de la vida de un grupo, es relativamente frecuente que presente una polaridad inversa, restableciéndose la orientación correcta en cuanto el grupo se desarrolla. En la figura puede verse, como ejemplo, un grupo que surgió el 19 de Agosto de 2005 junto a otro grupo que poseía las polaridades orientadas normalmente.
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- El grupo debe estar a alta latitud. Esta es la característica más importante, pero el problema consiste en situar la latitud límite entre ambos ciclos. La forma más sencilla de separar las latitudes correspondientes a cada ciclo es el diagrama de Maunder. En el diagrama encontramos una zona vacía que separa las "alas" de ciclos consecutivos, y solo esporadicamente, encontramos algún grupo en dicha zona. La ambiguedad que presentan estos raros ejemplares casi siempre desaparece al comprobar su polaridad.
Teniendo presente todo lo anterior, puede ser interesante analizar una región que en numerosas fuentes se clasifica como la primera del ciclo 24. Apareció el 30 de Julio de 2006 y, aunque en las imágenes del SOHO se distingue un pequeño poro, no recibió una numeración NOAA al no haber sido confirmada por dos observatorios de forma independiente. Por tanto, en principio parece dudoso que podamos calificarla de "grupo".
Según se observa en el magnetograma, tiene las polaridades invertidas, así que al menos cumple con esa condición. Sin embargo, su latitud era de -13º, y eso es lo que más hace cuestionar su asignación al nuevo ciclo. No solo el primer grupo nunca ha aparecido en esas latitudes, sino que, si echamos mano del diagrama de Maunder, vemos que se encuadra perfectamente en la la nube de puntos correspondiente al ciclo 23 (el punto rojo señala su posición):
Así pues, parece claro que dicho grupo (si realmente puede considerarse como tal), pertenece al ciclo actual y, por tanto, en el momento de escribir estas líneas (Mayo 2007) seguimos a la espera del primer grupo del nuevo ciclo, que aparecerá seguramente, en latitudes en torno a los 30º. También hay que señalar que el comienzo del ciclo no viene marcado por la aparición del primer grupo, sino por el mínimo del número de Wolf suavizado.
Javier Ruiz